Cuando la frustración aparece
Ayer veíamos a Rublev destrozar su raqueta después de perder el primer set de su partido, igual que le ocurrió a Djokovic hace unos días.
Parece evidente que en este caso hay una baja tolerancia a la
frustración en respuesta a la no consecución de una meta deseada y
esperada pudiendo aparecer agresividad y en ocasiones incluso se
acompañe de agresiones físicas y/o verbales (Baron, 1977; Berkowitz,
1969).
Uno de los objetivos de la preparación psicológica en el deportista es que obtenga autocontrol (Mujika et al. 2018; García-Naveira, 2010), es decir, el conjunto de procesos biológicos y cognitivos para inhibir, anular, o modificar una conducta, pensamiento o impulso indeseado”
A nivel general dentro de ese autocontrol, aparece como variable psicológica el nivel de activación. De ahí la importancia, en primer lugar de saber qué provoca mi reacción y después de conocer mi nivel de activación ideal y cómo poder subirlo o bajarlo (normalmente con ejercicios de respiración) sabiendo que el rendimiento aumenta con el aumento de la activación hasta cierto punto que enseña a disminuir (Ley de Yerkes-Dodson).
Por último, también considero importante el reforzamiento de conductas incompatibles/diferenciales, es decir, reforzar una o varias conductas diferentes de la conducta que se quiere reducir.